EL NEGRO OLIVERA UN AMIGO CON MAYUSCULAS

13 de agosto de 2010

Un domingo al mediodía decidiste partir ligero de equipaje rumbo al Todo, el velo por fin cayó de tus ojos, ya eres uno con la LUZ.

Ya pasaron cinco años que te fuiste, dejándonos no un vacío, sino todo lo contrario, sigues presente en nuestros recuerdos y cuando te encomendamos en nuestras oraciones al Señor, pidiéndole que te cuide y te entregue nuestros saludos.

Parece que fue ayer cuando nos reuníamos como viajeros que se juntan al final de una jornada, alrededor del fuego compartiendo sus experiencias, pues de eso se trataba aquellos grupos, enriquecerse con la vivencia del otro, generar ese espacio vital para conocerse a si mismo y crecer en sabiduría.

Siempre tenias un aporte para hacer de la mano de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Anthony de Mello y Krishnamurti.

Es cierto, no fuiste un santo, te equivocabas como cualquiera de nosotros, pero esa vocación solidaria que te llevaba a estar siempre preocupado por los demás, haciéndote un tiempo para escucharnos, o aconsejarnos lo mejor para nuestra calidad de vida tanto física como espiritual, te hacia grande, amigo.

No olvido ese sueño en donde me decías que la amistad no terminaba acá en este mundo, quizás responda a un deseo compensatorio a tu ausencia, pero en el fondo de mi corazón, la fe y la intuición me dicen que es así, amigo. Se que algún día volveremos a encontrarnos cuando me toque pasar el umbral de esta vida.

Gracias por dejarme esa inquietud de seguir navegando por esta vida, aprendiendo de cada hecho su esencia última.

1 comentarios:

Mariolo dijo...

Pocas veces leo o escucho tan sentido homenaje a un amigo.

Conocí a fernando, pero muy poco, no tuve tu suerte.

Arriba Fer, es un homenaje que levanta el ánimo, como pocos.