FELICIDADES

24 de diciembre de 2009

DIEZ COSAS QUE NUNCA HARIA...

14 de diciembre de 2009

DIEZ COSAS QUE NUNCA HARIA

... Ponerme una camiseta de Peñarol (mira si te me pega la mufa).

... Gritar un triple de Goes (puaj, la boca se te haga a un lado).

... Arrodillarme y besar el anillo del Benedicto (si, con ese tipo tengo algo personal).

... Comprar un libro de Jose Luis Borges (si, si, es un gran escritor, pero no me olvido de lo que dijo de Artigas).

... Olvidarme de los desaparecidos durante la dictadura (Ni olvido, ni perdon....¡¡JUSTICIA!!).

... Golpear a mis padres (antes me corto las manos).

... Votar a Michelini, Penades, Hierro Lopez, Garcia Pintos, Heber....la lista seguiria pero ya basta con estos especimenes.

... Ponerle una ofrenda floral al monumento de Fructuoso Rivera (No me olvido de Salsipuedes).

... Renegar de mi fe en Jesus de Nazareth. (no creo en iglesias)

... Comprar una caja de persevativos delante de los suegros (se me cae la cara de la poca verguenza que me queda).

UNA DOROTEA COMO TANTAS...

8 de diciembre de 2009


ESTE CUENTO ESTA BASADO EN LA ESPOSA DE PAULINO, EL PERSONAJE DE A LA DERIVA DE HORACIO QUIROGA...SEGUN MI PERCEPCION.

La tarde del sábado era ideal para estar en la rambla, no rogándoles a las musas por una pizca de inspiración que me ayudase armar ese cuento. Mis ideas eran tan insípidas como el mate lavado que me acompañaba.
-"Dorotea, que voy hacer contigo, me estas sacando canas verdes"- Suspire, mientras el sofá contenía mis frustraciones.
-"¿Alguien me llamo?"- Preguntó una voz femenina, con acento de tierra adentro.
-"¡¿Quien esta ahí, sos vos Mariela?!"- Replique sorprendido.
-"No, Mariela no soy gaucho. Me llamo Dorotea pa lo que guste servir"-
-"¡Escucho voces... me saltó la térmica!" murmuré llevándome las manos a la cabeza.
-"Deje de parlotear como cotorra loca, Usted me llamó, no me diga que ya se arrepintió, justo ahora que me anime hablar..."-
Como salida de un cuadro de Blanes, allí estaba en el umbral de la puerta, me pidió permiso para sentarse y asentí con la cabeza. Le serví un amargo que apenas sorbió, hizo una mueca de asco, estaba frío, como yo, que no salía de mi estupor.
Avergonzado me disculpe, quise corregir tal descortesía, pero ella me hizo un gesto que no importaba, tenia algo muy importante que revelarme y no había tiempo que perder.
-"Adelante, la escucho"- le dije mientras abría mi libreta de apuntes.
-"Mire, todo fue por culpa mía, me lo merezco por bruta que me haya dejado mi marido."-
-"¿Por que dice eso Dorotea? No la entiendo. Al leer los párrafos me di cuenta que ese hombre la maltrataba...".
-"Un momentito, mi hombre jamás me hizo faltar un plato de comida, además de protegerme y darme un techo. De eso nadie habla, por eso estoy acá, para reivindicar su buen nombre. Era medio arisco sí, pero no era malo, las veces que me dio algún correctivo era porque lo cansaba con mis torpezas. Como aquella vez que solté la damajuana de caña, porque una tarántula cayó en mi brazo y largué todo del susto. Me dio una paliza que casi me mata, che.
-"Usted no hizo nada malo Dorotea, reacciono como lo hace cualquier persona ante el peligro. Fue un accidente nada más. El bruto fue su esposo al reaccionar así."-
No, no, eso me pasa por distraída. Como si fuera la primera vez que me sacudo alimañas como esas, mire, están por todos lados las muy sinvergüenzas.

Otra vez, mientras lavaba una camisa suya, se me rompió de tanto fregarla, es que estaba muy gastada vio, por mas que la remendé lo mejor que pude, el se dio cuenta y me casco con justa razón. Lo había
engañado."-
-“¿Por qué se empeña en justificar a ese tipo tan jodido?"-
-"El es un buen hombre, créame. Lo sé mejor que esos doctorcitos que lo fijaron en ese episodio. Ni la víbora que lo pico se ensañó tanto con el, como estos señores de palabras floridas. Solo por el placer de meterse en la vida ajena, mire, tomaron una cosa de nada y armaron terrible alboroto. Esa gente esta picada por el bicho de la envidia, no pueden soportar que mi hombre tenga los pantalones bien puestos, como Dios manda. Que quieren, lo había mordido una víbora, no es moco e pavo, mi íjo. Vivir en la selva es muy duro, sabe, no hay lugar para el cariño ahí. Hay que sobrevivir y punto."-
-"Dorotea, entiendo que la vida ese medio sea difícil, pero eso no le daba derecho para que la tratara como un trapo de piso. Menos mal que se alejo para siempre de su vida, debe ser un alivio para Usted sacarse esa carga de encima.
-"¿Como que no va a regresar?¿Qué dice?"-
- "Su marido murió por la picadura de esa serpiente, esta es la oportunidad para desarrollar su vida propia, sin tener que depender de nadie"-
-"Que va a morir por eso, por favor, un baqueano como el, no diga bobadas. Son bolazos, puros bolazos. Usted es un mentiroso como los demás, el volverá, me lo dijo el compadre Alves; el se fue a trabajar muy lejos y un día de estos, vendrá para llevarme con él.
Por eso, siempre lo espero con la comida caliente y el vaso de caña pronto. Ahora tengo que irme, no sea cosa que vuelva y no me encuentre por perder tiempo con Usted. Yo no aprendo mas...”-

Olor a Reducto,,,

26 de noviembre de 2009

Mis pies saben de memoria el camino al apartamento, lo que aprovecho para revolotear por mi mente, posándome en de cada pensamiento en forma aleatoria. La brisa suave de la tarde, trajo consigo un aroma familiar que corrió las páginas de mis recuerdos hasta dejarla en esas hojas, donde cuentan mis vivencias en la calle Ramón Márquez.

Como olvidar aquel jardín de flores y plantas multicolores, fruto de la dedicación amorosa de aquellas dos mujeres que con mayor esmero, también supieron cultivar mi alma.

Parece que fue ayer contemplar a Sandy, mi simpática collie, pasearse entre los canteros, buscando a su compañera de juegos, una vieja gata blanca con lunares negros.

Sobre un costado cerca de la puerta, estaba plantado el responsable de aquel perfume dulce que causaba admiración y envidia en los visitantes, es verdad, nadie pasaba indiferente ante su presencia. Era el regente indiscutido de ese mundo intermedio entre la casa y la calle.

En las tardes de verano, al amparo de su sombra, se armaban rondas de mate ya sea en familia o con los amigos. Cuantas historias contaría si hablara ese arbusto, pero como un monje cartujo las guarda en silencio.

Fue cómplice de mi galantería con las chicas del barrio, cuando atraídas por su fragancia, les obsequiaba un ramillete mas un piropo de yapa. Así conocí Andrea, mi primera novia de la adolescencia.

Varios aromas pugnaban por imponerse en aquel florido lugar, pero ninguno lograba superarlo, su máximo competidor provenía de la fabrica de café a la vuelta de casa, siempre a media tarde se colaba en nuestro hogar, cual si fuera una promotora intentando convencernos de las bondades de aquel producto del que solo mi hermano tenía cierta predilección.

La llegada de tiempos difíciles no solo disipó ese delicioso incienso, sino que además, enmudeció para siempre aquella sirena obrera que anunciaba el inicio de una nueva jornada.

Nuestro árbol quedo solo, como el último de una raza de seres mágicos capaz de conjurar los gases tóxicos que lanzaban esos monstruos de metal que iban de un lado para otro, sin sentido alguno.

Sus troncos delgados se alzaban al cielo, como una mano abierta de múltiples dedos verdes, ofreciendo con generosidad su deleitable perfume, por eso, todas las navidades lo condecorábamos con luces de muchos colores en reconocimiento a sus aromáticos servicios

Una vez más, volvieron a soplar vientos de cambios y esta vez, la copa de ajenjo estuvo servida en nuestra mesa. La venta de la casa fue la única solución viable para salir de esa angustiosa situación economica.

Mamá no encontraba consuelo, no podía llevarse todas sus plantas, sobretodo el jazminero que tanto habían cuidado con mi abuela, si bien se llevo algunos gagos con la esperanza que su perfume siguiera acompañándonos, estos se negaron a florecer. Una etapa llegaba a su fin y otra se abría, como esa flor de pétalos blancos, liberando su bálsamo de esperanza sobre nosotros.

De regreso al presente, tome unos ramilletes de jazmines de aquel puesto callejero y en un ritual de comunión, los olí una vez más y agradecí aquel jazminero que impregno con su fragancia esa etapa de mi vida.

EN TREN DE CUENTO

21 de noviembre de 2009

La estación lúgubre, relegada a un costado del puerto, duerme, sueña con volver a vivir tiempos mejores. Al contemplarla tan silenciosa como sus custodias de hierro, incondicionalmente fieles a ella, vigilan aún su entrada..
¿Pero que hacía ahí, en esa abandonada terminal de ferrocarriles pasada la medianoche?
Las vías oxidadas me confirmaban que había llegado muy tarde, el último expreso ya había zarpado hace mucho tiempo, llevándose a sus últimos habitantes … Me corrijo, una rata acaba de pasar entre mis pies, apurada, nerviosa, como otrora los viajeros corrían a los vagones para asegurar su partida sin demoras. Salvo que ella corría por demorar lo inevitable, desde las sombras, dos luces fantasmagóricas la siguen atentamente, no había escapatoria, su boleto estaba expirando. El drama de la vida y la muerte a mis pies y yo preguntándome de donde provenía ese hedor nauseabundo que, como un luchador aplicaba su llave trituradora a mis pulmones hasta dejarlos sin aliento. Había descubierto el baño de los indigentes que pernoctaban en el lugar.

Mientras caminaba en busca de aires más benignos, de forma inesperada fui encandilado por una luz que surgió de la nada, asustando a las sombras que corrían por todo el recinto a ocultarse entre los recovecos.

-“Permítame presentarme señor escritor, soy Luis González, el maquinista del Expreso Fantasmal. Quería ponerle tren fantasma, pero alguien me copio la idea y me ganó de mano, no se puede confiar en nadie, ni a los muertos ya respetan, mire. Disculpe que no le de la mano, es un problemita que tenemos los espectros con los corpóreos y viceversa.” - Así se dio a conocer ese singular espíritu petizo y retacón. Toda mi cara era una graciosa mueca, producto del asombro y la incredulidad de lo que estaba viviendo.

-“Un gusto”-Apenas balbucee mientras trataba de reponerme a la situación.

Como sí me conociera de años, allí mismo, me contó que por causas difíciles de explicar, aun para él que transitaba por el otro riel de la existencia, logró encontrar un empalme con las vías de este mundo y cada tanto vuelve con un objetivo, que alguien narre su historia y la de sus compañeros de viaje, tan fantasmas como el.

-“¿Por qué me eligieron a mí?” Hay tantos buenos escritores, yo recién estoy empezando, no sé si tendré las cualidades necesarias para ser un escritor. Te puedo dar algunos nombres- Le sugerí a mi interlocutor fantasmal, pero el movió su cabeza negativamente. Me manifestó que me habían elegido a mí por razones misteriosas que no podían revelar por mandato de fuerzas superiores.

-“Vamos, no podemos estar toda la noche esperando a que se decida, si no quiere déjalo, ya encontraremos a otro más dispuesto.”- Gritó una voz potente desde la locomotora espectral.

-“Callate Rodríguez, no apures al señor escritor, todavía no aprendiste lo que te paso por atropellado. Anda a vigilar la caldera, por favor.”- Retrucó molesto aquel maquinista etéreo.

Picado por la espina de la curiosidad, pregunté -¿Qué le paso a Rodríguez?

Luis me miró fijo y me lanzo una propuesta desafiante: -“Subase al Expreso y lo sabrá. Usted precisa un cuento, nosotros necesitamos alguien que escriba sobre nosotros. Entiende, tómelo o déjelo”-

No lo pensé más y acepté aquella oferta, parecía una buena historia, mejor de las que tenía en mente.

A medida que subía aquel vagón espectral, tenía esa sensación cuando te calzas por primera vez, zapatillas con cámara de aire.

El agudo silbato de aquella fantástica aparición, inició su partida de la que una vez fue la más importante estación ferroviaria del país.

Su andar era silencioso como una procesión rumbo a la cripta, ni siquiera se escuchaba el clásico ruido de las ruedas cuando pasan entre los tramos de los rieles. Era la quietud de lo que ya no tiene vida, esa era la atmósfera que reinaba en ese vagón.

-“Por favor, siéntese, póngase cómodo, perdone que no le sirva nada para tomar o comer, como vera hace tiempo que abandonamos esos habito”.- Se excuso Luis cortésmente.

Rodríguez, que hasta ese momento estaba mudo, suspiró nostálgico: - “Ah, lo que daría por volver a tomar unos amargos como solía hacerlo entre parada y parada. Me levantaba el ánimo, vio. Me ayudaba a completar la jornada, ahora se me hace interminable.”-

Aquella alma desgarbada, blanca como un mármol, me confesó que trabajaba en la compañía de trenes desde los doce años y se conocían con “el petizo”, como llamaba a Luis desde el primer día de trabajo, formando desde entonces, una amistad tan sólida como el acero de la locomotora que piloteaban. Eran un equipo de trabajo formidable, casi perfecto, si no fuera por ese error. Y allí calló abruptamente.

-¿Qué error Rodríguez?- le interrogué mirándolo fijamente a sus ojos como tratándole adivinar sus pensamientos.

Luis intervino en la conversación, excusándose por el silencio de su amigo, mientras lo consolaba, le repetía: -“Ya te perdone, amigo, ya te perdone.”-

Atrás de ellos, fueron apareciendo más figuras etéreas, todas iban entregándome sus historias que recibía con la solemnidad del caso.

Como una aparición angelical, entró Teresa, una mujer elegante, de delicadas facciones y tan pálida como la luna misma. Su rostro me resultaba conocido, ella era una pasajera, volvía a su hogar en Pando, pero nunca llego a destino. Solo me encargo que le comunicara a su familia que estaba bien y cuidaran mucho de su jardín que tanto añoraba.

Esas últimas palabras hicieron un clic en mi cabeza, de pronto recordé que mi abuela contaba sobre una hermana suya, muy bella, que había fallecido en un accidente de trenes cuando ella apenas era una niña y se llamaba también Teresa. ¿Sería ella?

-“¡¡La caldera, Rodríguez, la caldera!! ¡¡Otra vez te olvidaste otra vez de controlarla!!” – Grito el maquinista espantado.

Ambos corrieron hacia la sala de máquinas y yo atrás de ellos, tenía que saber de que se trataba el asunto ese de la caldera.

El pasador que controlaba la válvula de presión de la caldera maestra del tren, se había atascado, encaprichada se negaba a girar a pesar de los denodados esfuerzos de aquellos dos hombres por doblegarla. La velocidad iba en aumento, así como los latidos de mi corazón, pensé en tirarme, pero el miedo me paralizaba.

Los conductores se habían resignado a su suerte, total ya estaban muertos que otra cosa le podían pasar. Fue entonces que, guiado por mi instinto de conservación, tomé la bronceada llave niveladora con todas mi fuerzas y para sorpresa mía, cedió dócilmente, logrando de ahí en mas, el control total de la situación.

-“Ah, así funcionaba la cosa...tenia que ser un vivo quien girase la llave.” – expreso sobreactuando, el petizo González, mientras le hacía un guiño cómplice a su compañero.

-“Gracias escritor, nos liberaste de este circulo maldito en el que estábamos encerrados a revivir una y otra vez esta fatal instancia.”- Me agradeció Rodríguez, siguiendo la consigna de su compinche

Los demás pasajeros se unieron aquel festejo un poco exagerado por cierto, sin dejar de insistirme que narrara sobre ellos y esta noche en particular.

El tren se detuvo en la Estación Bella Vista, mi viaje había terminado. Agradecí a esas “ex – almas en pena” por haberme elegido como el portador de sus historias, prometiéndoles que cumpliría con sus deseos.

-“Hasta acá llego su viaje amigo, de aquí en más todo queda en sus manos si quiere dar a conocer nuestra historia. No olvide que la promesa dada a un occiso es un hecho, además de traerle toda la mala suerte habida y por haber.”- Me advirtió aquel viejo y bandido maquinista.

-“Todo fue una mentira para lograr lo que querían, que escribiera sobre ustedes. No se si alegrarme o lamentarme que ya no estén entre nosotros”- Le respondí

El sonrió y se despidió: -“Siempre vamos a estar entre ustedes, siempre. Algún día nos volveremos a encontrar. Adiós.”-

-“Esperemos que no sea pronto, adiós amigos”- Les devolví el saludo desde el anden de la estación, mientras desaparecían en un fogonazo de luces amarillas, verdes y rosadas.

EL FERCHU

Comparto con Ustedes este cuento de mi creación, sepan disculpar algunos errores de sintaxis u forma de escritura, estamos dando los primeros pasos "mas en serio" en este arte que es la escritura.


Rara Avis, Concierto en el Planetario

8 de noviembre de 2009

El viernes, para festejar mi exoneración de psicoanálisis, Marie me invito al concierto de Pollo Píriz Quinteto AVE! en el Planetario Municipal, a las 21, en la sala Galileo Galilei, si ahí, a dos jaulas de la del tigre y cinco de los monos.

A pesar que San Pedro nos envío un bombazo de agua, no nos intimido para nada, estábamos decididos a ir, seguro que todavía sigue resentido por el trabajo que presente sobre violencia y religión. Parece mentira un hombre grande con ese tipo de berrinches…

El planetario se veía hermoso, con esa luz azulada que iluminaba su cúpula, un ave nos saludo desde las oscuras sombras que cubrían al zoológico. En el hall de entrada, había un manojo de personas tipo onda alternativa, todas parecían conocerse desde antes, nos dio la sensación de que éramos pollos de otro corral, más se acentuó ese sentimiento cuando fuimos a comprar las entradas, la cajera nos pregunto de parte de quien veníamos, los únicos “rara avis” éramos nosotros sin lugar a dudas. Nos hizo acordar cuando uno va a un casamiento y te preguntan si venís de parte del novio o de la novia.

Luego de esperar unos veinte minutos de pie, viendo con un niño inquieto abría y cerraba la puerta del auditorio hasta gastarle el aceite a las bisagras, entramos.

Creo que hacia más de 20 años que no entraba a ese lugar, lucía cambiado, no estaban las butacas tipo cine, sino unas sillas de plástico bastantes incómodas, cabe decir.

La noche virtual marcó el inicio de la función, allí estaba el cielo estrellado, sin nubes, volviéndome a maravillar una vez más de la majestuosidad del firmamento.

Absorto en mi contemplación de las estrellas, un gemido femenino retumbo en la sala, que se sumo a ruidos guturales, en un principio pensamos en los vivos de siempre que aprovechan la impunidad de la oscuridad para hacer su despliegue de idioteces, vaya a saber uno, quizás sea una respuesta irracional ante el miedo a la noche, un reminiscencia de lo primitivo, seguro que esos sujetos se hacían pichí en la cama.

Lo cierto que esos sonidos iban en aumento, el cielo iba amaneciendo…era parte del concierto, pucha, se me jodió la teoría. Ahora eran gritos, gemidos, parecía un lamento, como aquella canción del Cuarteto de Nos, sobre Tabaré… y se iba acercando más y más hacia nosotros y por la retaguardia para peor, eso me puso la adrenalina a mil, fue entonces que una idea terrible paso por mi cabeza poniéndome la piel de gallina.

Era la llorona del Parque Rivera que se mudó para Villa Dolores y venia a reclamar un alma para pagar la cuota del Sindicato de Aparecidos y Luces Malas, por sus gritos uno podía inferir que estaba muy atrasada en sus pagos.

-“¡¡A mi no me mires llorona, a mi no. Te juro que no escribí nada malo de vos en mi monografía. Llévate al flaco que se hizo el saco con el mantel de la abuela. Ese tiene pinta de jodido!!” – Iba a gritar desesperado, cuando una certera patada en las canillas de Marie me volvió a la realidad. Era la vocalista del grupo que así empezaba el primer tema del concierto.

En verdad, la mujer tenía una voz potente y buena cuando cantaba, pero otra cosa eran esos gritos guturales que la poseían, te juro que pensé llamar al cura Elizaga para que la exorcizara, después comprendí que así era la onda. No me gusto para nada, es mas, no me dejo disfrutar de los temas, algunos bastantes buenos, pero esos gritos me sacaban de clima continuamente.

El flaco del bajo, Juan Silva, la rompía, un genio, hizo de goma ese instrumento, daba gusto verlo tocar. Las explicaciones del Pollo Pirez a porque bautizaba los temas de su autoría, todavía no las entendí, menos aun su comparación de los minuanos con el cristal y que las sierras de Minas eran cristal forrado de pasto…en fin, tal vez no sea mala idea poner control antidoping después del concierto. Se manejaban con muchos códigos que tenías que ser de ese círculo de allegados. En un momento se pusieron a saludar a todos sus amigos y conocidos, o sea, a todos menos a nosotros que éramos como los colados de los cumpleaños de quince, salvo que en nuestro caso pagamos la entrada.

Lo cierto es que, el grupo suena bien, hubo temas como “Manrubio” y el de los “Piringundines de Minas” que me gustaron, curiosamente eran instrumentales.

La onda de este grupo, es tomar temas de la música popular uruguaya en clave de fusión, tomando elementos de nuestro folclore cielito, candombe, zamba, etc, y sumándole otros elementos como el free jazz, psicodelia, música clásica, etc.

El grupo estaba integrado por Pollo Píriz en guitarra, Berta Pereira en voz, Gonzalo Gravina en teclados, Pelao Meneses en batería y Juan Silva en bajo.

Otra cosa a resaltar es la buena acustica que tiene la sala Galileo Galilei, tal cual me lo señalo Mariela.

Me hizo acordar por momento, salvando las distancias, claro esta, al grupo Opa de Rada que escuchaba mi hermano Italo, allá por los años setenta. ¡Que grupazo OPA!

Luces y Sombras...

1 de noviembre de 2009

Al terminar mi trabajo para facultdad sobre la violencia en ambitos religiosos, me surgio esta idea, les expongo distintos casos, en donde hombres que ante un mismo llamado, una misma iglesia y una similar situacion, toman actitudes no solo diferentes, sino antagonicas... En unos, gana la vida y en otros la muerte...

SABREMOS CUMPLIR

25 de octubre de 2009

No importa que partido votes mañana, lo importante que lo hagas a conciencia, sabiendo que lo vas a poner en la urna no es solo lo mejor para vos, sino para el País entero. Disfrutemos de este derecho que, mas que una obligacion es un privilegio que debemos cuidar como uno de los tesoros mas grandes que tenemos. Por eso, a disfrutar de esta fiesta de la democracia con alegria, tolerancia y respeto.
Les dejo con esta interpretacion de nuestro Himno Nacional, en version guitarra que encontre recorriendo You Tube, esta muy bueno.


THE HOLLYWOOD TOWER HOTEL

5 de octubre de 2009

Otro juego que olvide comentar y me provoco tremenda impresión, fue el hotel encantado de Hollywood. La recepción era como entrar en un lugar típico de los años veinte, algunos objetos antiguos recubiertos de tela araña, o simulación de polvillo….bueh, capaz que el personal de mantenimiento estaba de huelga y uno se hizo la película.
Una mucama con cara de loca de miércoles, si, de esas que te sacan un cuchillo y te pican para copetín en cualquier momento, nos hizo pasar al ascensor amplio, de madera labrada, El ascenso fue oscuro, se sentía algún crujir, un grito, ambientándote ya en el juego, de pronto para, se prenden las luces y la mucama, estaba al lado de Vero, mirándola fijo con esa mirada psicótica que la hizo saltar hasta el techo a mi cuñada.
A la salida nos recibió un botones con cara de asesino serial, con sonrisa sospechosa nos hizo pasar a otro ascensor donde teníamos que colocarnos cinturones de seguridad, no me gusto la idea. ¿Para que un ascensor necesita cinturones de seguridad?, pensé, pero me distraje un momento la vista de todo el parque, todo se veía tan chiquito, las personas parecían hormigas… ¿hormigas? No termine de procesar esas imágenes que estaba cayendo en caída libre, recitando un rosario de insultos que los gringos a pesar que de no entender, comprendieron bien lo que significaba. El ascensor subió y bajo unas cuantas veces, como rebotando contra un suelo imaginario, quien les escribe aferrado con uñas y dientes, resistió como pudo, tales movimientos, ahí comprendí lo que siente una pelota de básquetbol. Después de esa terrible experiencia ahora miro con desconfianza al ascensor de mi edificio, valor, tiene un aire de maldad, sobre todo cuando el portero le pasa un liquido raro, huele a perfumol, pero… ¡desconfio!
Cuando por fin, terminó, las puertas se abrieron y salte de mi asiento como gato asustado, hacía la seguridad de piso firme, ya no me parecían tan tenebrosos la mucama y el botones, es más, les deje unos “Franklin” de propina a cada uno, no sea cosa que me hicieran subir otra vez, los muy sádicos.
Para terminar, en la salida del hotel, había una banda con vestuarios de los “años locos”, que tocaba canciones de época por momentos y de pronto quedaban congelados como por cinco minutos, cuando la audiencia se distraía, arrancaban de nuevo, provocando una impresión de sorpresa. Como siempre, estaba el puesto de recuerdos, llaveros, toallas, salidas de baño, etc. etc.…
Los otros días leí un artículo de una periodista que fue de visita a Disney y me pareció su nota tan sin corazón, tan sin vivencia que me cuestione si realmente estuvo allí, o recogió comentarios de allí y de allá para su nota. Pero debo agradecerle porque me hizo acordar este suceso que había olvidado a raíz de tal terrible vivencia je.

Codeandome con las Estrellas, Valor

27 de setiembre de 2009

CODEANDOME CON LAS ESTRELLAS, VALOR

En Miami, nos instalamos en primera instancia en el Hotel Continental, un poco decaído, supo tener días mejores sin duda, pero la atención fue buena, como anécdota, previo al “Memorial Day”, una fecha en que se recuerda a todos los caídos en combate, se reúnen gente de todos lados del país. La Ocean Drive era intransitable, los gringos dándole al chupe descontroladamente, pero sin meterse con los demás, cada uno con su grupo. Todos los boliches hasta la boca de gente. El ánimo era totalmente festivo, lo que traía como consecuencia que a altas horas de la noche oyeras risas y pasos por los pasillos, te juro que aunque gemían no eran almas en pena, tal vez, algún “fantasmón”, de esos que nunca faltan. Un detalle que descubrimos es que las paredes eran de yeso y madera, podías escuchar todo lo de tu vecino y viceversa. Así que, tenías que tener cuidado en ciertas ocasiones intimas porque todo el hotel se enteraba de lo que estabas haciendo, pero si mordías una toalla solucionabas en gran parte ese inconveniente.

Nuestros vecinos de la pieza de al lado, no tuvieron ese pudor y recato, muchas risa y otros ruidos, en fin, déjala ahí, estamos en horario de protección al menor.

Al otro día, quede congelado, no podía dar crédito a mis ojos, allí estaba el auto mas perfecto del mundo…¡¡Un Rolls Royce!!

En medio de mi contemplación mística, aparecen tres morenas exuberantes, mostrando todos sus atributos, pensé que eran “masajistas”, pero no parecían tener pinta de haber hecho ese tipo de curso. Bah, más bien de esas que nunca agarraron un libro.

Comenzaron a sacarse fotos delante del auto, desplegando todo un show medio bizarro. La cabeza de unos motoqueros que pasaban por allí, se dieron vuelta como lechuzas, unas pintas, eran como salidos de esas películas de pandilleros, chalecos de cuero, bigotes gruesos, botas de cuero negro… los tipos les gritaron de todo, es más, pararon sus Harleys y fueron a preguntar si había lugar en el hotel….Ya me veía esquivando motos y botellas en los pasillos del hotel, pero por suerte, no había lugar.

A todo esto apareció, un moreno flaco y alto que a paso cansino, con los pantalones que se le veía la mitad del tujes, porque esa es la moda, saco de sus bolsillos unas llaves y se subió al Rolls Royce como quien se sube a un Fiat 600… ¡Que poca clase, Valor! No hay caso Dios le da pan a quien no tiene dientes. Las morochas terminaron su sesión y se subieron también, dejándonos todos atónitos.

Al otro día, nos enteramos que el moreno era jugador de Orlando Magic… y uno ni siquiera le pidió un autógrafo o camiseta.

La otra cara de Nassau...

18 de setiembre de 2009

La entrada al puerto de Bahamas fue algo espectacular, el agua esmeralda, las playas hermosas... cruceros y sobre todo un velero español muy majestuoso, nos estaban esperando.

Una vez que arribamos, bajamos para un tour por la parte histórica de la ciudad, nos pareció mucho más enriquecedor conocer ese lado de la isla del que poco se menciona, algo así como “La otra cara de Nassau”, pero sin Alonso.

No nos atrajo mucho ir al lujoso “Complejo Atlantis”, no sé, tal vez la cara del asesor de compras que salía en la televisión del crucero haya influido en nuestra decisión, tenía cara de vendedor de autos usados, daba menos confianza que la defensa de Peñarol.

Dicho complejo según la promoción del crucero, ostenta de un lujo que jamás imagine que existiera en la tierra, no exagero, allí hay un centro comercial que se te caen las medias y te tiembla la billetera. ¡¡ Por el viejo Platón, Atlántida hubo una sola, no me la bastardeen así, por favor!!

Así que, por salud económica, con Mariela nos subimos a la camioneta ya contratada junto con otros turistas y salimos a conocer la pintoresca ciudad de Nassau.

La ciudad es muy humilde, se nota que esta descuidada, antes estaba bajo la administración inglesa, pero solo los uniformes de los policías, tenían cierta reminiscencia de la anterior administración.

Paseamos por una ciudad de calles estrechas, sin árboles, como dije antes, muy descuidada, se veía muchas casas humildes, solo el centro de la ciudad estaba digamos aceptable, transitado por muchas personas, en su mayoría turistas. Pasamos por la antigua Catedral y por la iglesia bautista del chofer que con mucho orgullo mostraba el viejo galpón que oficiaba de templo. Pero que le ibas a criticar al morocho que media dos metros y tenía unas manos que si te agarraban, te dejaba dando vueltas como un trompo por todo Bahamas.

Fuimos a un castillo, o un puesto de baterías de cañones que custodiaban la bahía de los piratas u otras visitas indeseables.

El lugar era pequeño y no estaba en buen estado, una pena, porque podrían hacer un museo u algo así, solo había un par de cañones, pero desde allí tenías una vista muy buena. A la salida estaba un mercado de chucherías, al mejor estilo de nuestras ferias artesanales. Mucha gente dando vueltas, por precaución no sacamos nada de valor a relucir. Compramos sí algunos souvenirs. De regreso nos topamos con un veterano que nos explicaba sobre la historia de un pasaje natural, como una cantera escalindada que usaban los soldados para replegarse y/o trasladarse a otro punto de la isla rápidamente. Con solo ver las escaleras e imaginarme bajarlas y subirlas, ya me dolían las piernas, así que solo me conforme nomás con mirar a la sombra de un árbol.

Otra construcción que nos mostraron como la novena maravilla del mundo, fue la torre de agua, que es un inmenso tanque de agua, no sé, me dio una sensación rara, que aun me cuesta definirla, es como si le mostraras a unos extranjeros los tanques de OSE del Cerrito de la Victoria como una de las mejores construcciones de la ciudad.

La zona me parecía a la de un barrio de la zona sub urbana de Montevideo, no te miento, ahí te das cuenta que hay dos realidades en las Bahamas, no todo es el complejo “Atlantis”, valor. Hay algo que las agencias de viaje se olvidaron de contarnos de este paraíso del caribe.

El otro punto del tour, fue al zoológico, que lugar peculiar, un lugar ecológico, con muchas plantas, me hizo acordar por momentos al jardín de mi vieja que tenía en la casa de Ramón Márquez, pero con la única diferencia que las fieras eran una gata vieja y una simpática collie. Los bichos, eran fundamentalmente fauna de la zona. Había unos loros de hermosas y coloridas plumas, los podías tocar pero antes había que lavarse las manos, a pesar de lo humilde que era el lugar, los empleados se esmeraban en cuidarlo.

Desde unos árboles, los leopardos miraban resignados como los flamingos se paseaban frente a su jaula con total desparpajo.

También estaban una coquetas aves, entre ellas un pavo real que desplegó todo su fino plumaje, era la vedette del lugar, parecía decirnos con su actitud, “mírenme estoy acá”.

Luego vino el espectáculo singular de los flamingos amaestrados por un entrenador muy especial. El hombre vestía un traje militar, color crema, lentes dorados como los que usa el planchaje por estos lares y unos championes rojo que le hacían juego con su pañuelo atado al cuello.

Lo cierto que el hombre emitía un sonido gutural gracioso que lograba formar a todos las aves y que lo siguieran como los perros a su dueño. A partir de ese momento, acuñamos ese sonido gutural para decirle al otro que se apure ante la mirada extraña de los vecinos.

A la vuelta recorrimos los comercios del lugar, si no fuera por el idioma y los garotos, diría que estaba en el Chuy. La ropa y los souvenirs, no estaban tan baratos como en Miami, es más tampoco la atención era muy buena que digamos. En un lugar, tuvimos que esperar a que la cajera terminara de conversar para pagar. No les importa, porque siempre están llegando legiones de turistas, si vos no le compras, el que llega atrás si.

Antes les vendían espejitos de colores, ahora es al revés, te lo venden a vos.

La Aduana de Nassau es bien como lo presentan esas películas que se desarrollan en el “patio trasero” del imperio.

A la vuelta, cuando reingresamos a yanquilandia, el oficial de aduana puso su cuota de suspenso; miraba mi visa, me miraba a mí, volvía a mirar la visa, otra vez me miraba… yo quietito y serio como blandengue, hasta que por fin, se canso de jugar al serio y me dejo pasar.

Por el Caribe Azul

8 de setiembre de 2009

Siempre decía en broma que me iba de licencia a un crucero por el caribe, por no decir que me quedaba acá nomás, haciendo “azotea beach”. Un viaje así nunca se me cruzó por la cabeza, ni en mi más loca fantasía creí que algún día recorrería aquellas azules aguas que solo veía en los programas de la televisión. Pero se nos dio a Marie y a mi, por eso nunca digas nunca, todo es posible.

Una vez pasado todos los trámites de embarque, nos subimos al crucero “Imagination” de la empresa Carnival. Ya de entrada, en la barra de recepción había un gringo rodeado de sus amigotes, eufóricos y a los gritos pelados, chupando alcohol como sabañones, pero se notaban que estaban tan emocionados como nosotros de estar allí.

Nosotros, estábamos mas perdidos que la clasificación de Uruguay al mundial, no encontrábamos ni los camarotes y ni el lugar donde nos tocaba cenar, resultado, recorrimos todo el barco, conocimos al personal del buque, muchos filipinos, indonesios, europeos del este, ninguno que hablara español. Allá a las cansadas, cuando ya nos preparábamos para dormir a lo linyera en algún rinconcito de los pasillos, apareció un camarero que hablaba español y nos indicó adonde debíamos dirigirnos…estábamos a pasos de nuestro camarote.

Todas las noches el camarero asignado a nuestro cuarto nos dejaba figuritas de toallas y dos bombones, una atención que te hacía sentir como en casa.

Ya una vez ubicados en el barco, salimos a disfrutar de la cubierta, donde nos tomamos un cóctel de bienvenida, al pie de la piscina… ¡que fashion, valor!

El barco ese día se movía como ómnibus en calle empedrada, pero eso no impidió que cenáramos como si fuera la última vez. En una de las cenas, conversamos con el mozo que resulto ser panameño. Igual que Dely Valdez le respondí, la cara del mozo se ilumino y juntos recordamos los goles del Pana-gol, desde ese momento la atención fue preferencial para nosotros je.

A la vuelta Marie se sintió mareada y me pidió que le consiguiera unas pastillas anti-mareo. Tuve que apelar a todo mi ingenio para llevar a cabo esa misión, apenas sabía ubicarme en el barco, mi ingles es pésimamente malo, tenía todo en contra pero igual salimos a la cancha, todo sea por el ser amado, carajo.

De memoria, llegue a la sala central del crucero, allí encaré a una recepcionista y le dije en cámara lenta: “Ne-ce-si-to pas-ti-llas pa-ra el ma-reoo”

La rubia me respondió con acento gringo: “No entender”

Entonces con mímicas, le hice gestos de tomar una pastilla y de estar mareado.

La chica sonrió y con un “Ok”, me entrego un blister de pastillas antimareo. Después de todo me sirvió para algo jugar a “dígalo con mímicas”.

Al otro día, nos levantamos y a cubierta, piscina y sol hasta que la piel se me arrugó je. Con Marie notamos que había distintos grupos, estaban los que iban con sus familias, los recién casados, las barritas de amigos y amigas y por último, los solos y las solas. Cada grupito en la suya sin molestar al otro, pasarla bien era la consigna en general. Me sorprendió la cantidad de alcohol que tomaban los gringos en general: Vodka, Cerveza, Whisky, alcohol de primus….todo servía.

El almuerzo era tipo tenedor libre, mucha variedad que aprovechamos a degustar y disfrutar del momento. Pero todo no podía ser felicidad, en la mesa de al lado, donde estaba una familia, aprovechando que esta no estaba, una gaviota se poso en la mesa y se lastro todas las papa fritas con total impunidad. Algo curioso que note de este plumífero rastrillo, fue la disposición de sus plumas, me hizo acordar a la campera alfa polar…

Asistimos a un espectáculo musical en la noche muy bueno, “Living in American” creo que así se llamaba. Las voces espectaculares, como así la coreografía desplegada, que me venís con los musicales de Tinelli, por favor.

El crucero tenía una sala de juegos impresionante, desde black jack, ruleta, póquer, maquinitas, payana, hasta roba montón, en fin, el juego que quisieras, daban ganas de probar suerte y eso que más del cinco de oro no paso.

De noche paseamos por la cubierta, disfrutando del hermoso cielo estrellado, a pesar que anduvimos por el triangulo de las bermudas, no paso nada extraño, ni siquiera una luz mala, solo unos gringos mamados hasta las patas, cantando desafinadamente. Dejate de embromar casi presento una queja, pero me dijeron el costo de nuestros pasajes no incluian fenomenos extraños, esos tenian otra tarifa y bueh, tuve que conformarme con el baile de los mozos, como lo unico extraño

La llegada al puerto de Nassau, Bahamas fue espectacular, el agua color jade, el color de la arena, algo que quedo grabado en mi mente, era todo paradisíaco.

Debo reconocer que trabajar en un crucero, será muy lindo, ganaras muy bien, pero debe ser muy difícil laburar en donde todos se divierten, yo no aguantaría.

En el post que viene les cuento nuestra visita a Bahamas…

EPCOT, donde aprender es divertido

30 de agosto de 2009

Si bien el día amaneció nublado, ya veníamos con viento en la camiseta del día anterior y arrancamos al EPCOT, parque temático dedicado a la ciencia y tecnología.

De entrada quede maravillado con el jardín y las figuras hechas con la vegetación de personajes de Disney, estaba sacar un gajito para llevarme para casa, haber si me prendía un personaje como esos que veía, pero un guardia enorme como esos jugadores de fútbol americano, me advirtió que saltar la reja me costaría dos palazos y como cinco boleos…muy caro le dije, no compro.
La enorme esfera que estaba en el centro del parque, contiene en su interior un paseo didáctico muy interesante, para los botijas de la escuela y para tres o cuatro más creciditos, alérgicos a los libros también. Un carrito, como los de las montañas rusas, te lleva por todos los avances importantes de la humanidad, el dominio del fuego, la observación de las estrellas, las matemáticas…ibas en subida….en eso pensé, ahora se viene la edad media y caemos en picada, me aferre al asiento esperando ver a Torquemada haciendo un fueguito, pero por suerte, encontramos a don Alexander Graham Bell, llamando a vaya saber quien, estaba muy entretenido que no le daba bola a nadie. Todos los personajes allí eran figuras robóticas de un realismo muy bueno, salvo un latino que estaba allí, sacándole brillo a los pisos.
Pasamos luego a una especie de invernadero, donde las plantas crecían en medios artificiales, era como si estuvieras en esas películas de ciencia ficción. Te ibas con la idea de que la humanidad iba avanzando a pesar de las macanas que nos mandamos todos días… salí con mi fe más respuesta en la humanidad je.
Luego fuimos a un juego que era todo el proceso de testeo de un auto, mientras esperabas tu turno para subirte, ibas como paseando por un centro de pruebas, donde había herramientas, maquinas de pruebas y los muñecos a los que someten a todo tipo de pruebas.
Al subirnos al auto, le pregunte a la gringa que estaba allí si los autos tenían computest al día, no sea cosa que en el medio del recorrido se desprendiera una rueda y terminemos arriba de un carrito de Hot Dogs. La gringa me dijo –“No entender, mister”-
Yo tampoco entiendo como circulan algunos coches por Montevideo en el estado calamitoso que están, quise responderle, pero ya estaba circulando en el coche como a 200 km por hora…
Pasamos por lugares de prueba de la pintura, pruebas de dirección y estabilidad en curvas cerradas, amortiguación, etc…. Me quede con ganas de subirme otra vez, era el único lugar donde podías correr a alta velocidad sin preocuparte de los “Chanchos”.
Seguimos recorriendo este parque para llegar a un simulador de vuelo de una nave espacial, destino a marte.
Allí te subías a un ascensor como los de la película de la NASA y entrabas a la cabina de la nave, era tal cual estuvieras arriba de un trasbordador espacial.
Una vez adentro, se te asignaban roles, ingeniero de vuelo, piloto, co-piloto, enseguida, quedabas boca arriba, en el monitor veías el cielo y oías el conteo final, en el momento del despegue tembló todo el cubículo, parecías que te ibas para el planeta rojo nomás.
A medidas que ibas en el espacio, de la base te iban diciendo que botón apretar según tu asignación. Parecías que estabas navegando por el espacio, a cada maniobra te ibas moviendo con la nave. Luego volvías a recibir indicaciones para el aterrizaje, las cuales no entendí un pito, toque unos botones y que sea lo que Dios quiera Valor. Igual aterrizamos bien je.
Nos topamos con un jardin maravillo, muy bien cuidado, plantas y flores que no se ve por estas latitudes y un peculiar amigo nos vino a mangear comida, no, no era un "munianio", era un simpatico pato, tal vez, pariente lejano de Donald que no le fue tambien como a su pariente y andaba en la vuelta "rastrillando" algo. Pensaba si este pato anduviera suelto por el Parque Rodo, u el Parque Rivera, seguro que terminaria en la olla de algun Amistuki que poco le importaria la ecologia y el cuidado del medio ambiente.
Recorrimos otros juegos como el de Nemo cuyos efectos especiales y figuras 3 D eran espectaculares, en el cual también había un acuario donde pude apreciar peces que solo veía en documentales, esta vez, solo una pantalla de vidrio me separaba, menos mal porque el tiburon que andaba por ahi, me miraba como relamiendose

UNIVERSAL STUDIOS

16 de agosto de 2009

A pesar que el día no ayudaba, igual fuimos a conocer y divertirnos al Universal Studios de Florida, mira si por unas gotas de agua me iba a perder semejante oportunidad.

Como en Magic Kingdom tuvimos que mostrar nuestros bolsos y carteras a los guardias apostados en la puerta que con simpatía y firmeza hacían su trabajo.

El primer juego que subimos fue al de Jimmy Neutron, te subías a una plataforma y frente a vos tenias una pantalla gigante, gracias a los efectos especiales vivías de forma muy resumida la película junto con los personajes. Cabe mencionar que la plataforma donde estabas se movía, según la escena. Muy divertido.

Luego, nos fuimos a visitar a Shrek 4-D, a la entrada te daban lentes y prácticamente parecías estar tocando a los personajes, impresionante los efectos tecnológicos puestos allí para entretener a los visitantes.

En nuestro recorrido por el parque, divise una maquina conocida de las guerras de las galaxias y hacia allí encaminamos nuestros pasos.

Esperamos nuestro turno en un lugar todo ambientando, era como si estuvieras en una base misma, la infraestructura, los robots, las naves, temí que en cualquier momento apareciera Lord Weider y nos cobrara peaje, pero por suerte según los funcionarios del lugar, el asmático del casco negro, estaba muy ocupado tratando de apoderarse de un cargamento de “ventolin”.

El argumento del juego era subirte a una nave y entrar en batalla para destruir la Estrella de la muerte, a medida que la nave esquivaba rayos, vos lo acompañabas como fruta en licuadora. Muy buenos efectos especiales. La salida te conectaba a una tienda de souvenir, donde aproveche a comprarme una campera y un sable láser, el sueño del pibe. La vendedora me recalcaba que no era un juguete, todo en gringo claro esta, hasta que intervino Marie y le explico que el sable era para mi, para ponerlo de adorno….minga, apenas llegue, salí por el barrio con sable láser en mano y capa a la espalda, el planchaje de la zona huyo despavorido por las dudas que la sobredosis de larga vida Conaprole fuera contagioso.

El juego que disfrute a lo grande fue “Revenge of te Mummy”, basado en la película “la Momia”, para mi, el mejor del parque.

La entrada parecía un museo, con los Anubis (un dios egipcio, no un grupo de cumbia) a los costados, ataúdes, estatuas de gatos. A medida que avanzábamos, entramos en una especie de catacumba, donde te hacia sentir que estabas visitando una excavación arqueológica y de ves en cuando, sentías un ruido que no era normal….ya te estaban ambientando en el juego. Luego de esperar un rato, nos subimos al carrito y allí comenzó el recorrido fantástico. De entrada en una cortina de niebla se dibujo la cara de la momia y por lo poco que pude entender, nos increpaba por haber molestado su descanso eterno y debíamos pagar el precio, yo pensé que nos iba a pedir para el vino, pero no…. la figura abre la boca y el carro pasa como un rayo por ella, para luego caer en picada en la oscuridad, no te veías ni los pelos, menos mal, porque mi cara era un poema.

Los efectos especiales vistos allí, me dejaron boquiabierto, parecía un pueblerino en su primera visita a la gran ciudad.

Después como siempre, pasamos a la tienda de souvenir, donde había muchos artículos interesantes, me compre un llaverito interesante, pero allí era todo medio caro, terrible negocio se monto, la vendada esa, valor.

En nuestro recorrido pasamos por Tiburón, todo el lugar ambientado en la zona portuaria, pero sin marineros coreanos, si bien por el estado del tiempo no nos dejaron ver al tiburón mostrando sus dientes como reclame de colgate, nos conformamos sacándonos una foto con el susodicho ya colgado.

Con la lluvia cayendo sobre nosotros, fuimos a parar al juego Men in Black Alien Attack. El argumento bien sencillo, te subías a un carrito con armas y les disparabas a cuanto alienígena anduviera por ahí, yo le dispare a un carrito lleno de porteños, pero no daban puntos por eso…lastima.

El hecho que por dispararle a los alien te daban puntos y allí los clarines de victoria volvieron a sonar, fuimos el equipo que mas puntos hizo, dejando a los gringos confundidos, no entendía mis festejos y algunos gestos que hacia a los demás contrincantes, luego de un picanazo eléctrico, el equipo de seguridad me invito a que abandonara el lugar no sin antes pasar por el loca de ventas de recuerdos.

Estuvimos también por los Simpson, juego que me impresiono bien, todo se desarrollaba en una montaña rusa donde la familia Simpson tenían que salvarse de Bob Patiño, parecías que ibas en el carro detrás de ellos, muy buena simulación.

Para finalizar entramos al juego de ET, haciéndome recordar escenas de la película, muy bien ambientado, las figuras robóticas parecen reales… capaz que eran gringos simulando ser robots, vaya a saber uno, no quise hacerme el Fox Mulder, tenia que pedalear, porque los carritos eran bicicletas que volaban, como en la película

Terminamos la jornada recorriendo varias tiendas, descubriendo artículos de nuestros personajes favoritos que jamás imagine que existieran muchos de ellos. Me sorprendió la variedad de cosas, cada local es distinto, no están tan uniformados.

A pesar de la copiosa lluvia que caía, eso no fue obstáculo alguno para disfrutar de este parque increíble, es mas ni siquiera me resfrié. Cuando uno esta motivado, no hay pero que valga.

MAGIC KINGDOM

2 de agosto de 2009

Visitar Disneyworld, fue para mi fue una experiencia única que no olvidare mientras viva. Nunca pensé que algún día vería con mis propios ojos ese castillo que tantas veces miraba por televisión. Pero allí estaba en cuerpo y alma.
Son mas de cuatro parques temáticos que tiene Disney y te lleva un día aproximadamente recorrer y disfrutar de sus juegos.
Las entradas son un poco caras pero vale la pena la inversión, al final desquitas el precio, te lo puedo garantizar.
Dejamos la camioneta en un inmenso estacionamiento, no sé, entraba fácilmente el estadio Centenario como 8 veces o más. No te exagero, tenías que subirte a un trencito que parecía un cien pies enorme que te dejaba en la puerta del parque propiamente dicho.
A la entrada, nuestros bolsos fueron revisados por los guardias. Asegurar la diversión de los visitantes es prioridad esencial en estos parques.
Una vez adentro quede maravillado con los edificios de época y con los personajes de Disney paseándose por allí, sacándose fotos con sus fans.
El primer juego que visitamos era el de Stich, nosotros éramos cadetes espaciales en nuestra primera misión, y teníamos que transportar a un peligroso criminal que era nada menos que Stich. Durante el viaje suceden cosas y los efectos especiales son increíbles, por momentos parece que estuviera hablándote al oído. Era un juego más bien para niños pero disfrutable para mayores tambien.
Después, nos recibió Buzz Lightyear, personaje de Toy Story que se abrió con su juego propio. Te subías a un carrito y empezabas a dispararle a todo bicho que se moviera era como estar dentro de un gigantesco juego de video.
Visitamos luego, la casa del ratón más famoso del mundo, si estuvimos en la casa de Mickey, es tal cual la veíamos en las historietas, esas formas tan peculiares de los muebles, los colores de las paredes, los adornos, impecable.
A pesar que era para niños, nos subimos (y no fuimos los únicos mayores) a una pequeña montaña rusa cuyo tema estaba basado en el avión de Mc Cuac muy divertido el viaje hasta por dentro de un granero pasamos.
Tuvimos el placer de conocer al ratón Mickey y a Minie, a las Princesas, una de ellas, creo que Cenicienta era colombiana.
Entramos al juego de Piratas del Caribe, muy bueno, un recorrido para hacerlo una o dos veces. Todo estaba ambientado como si estuvieras en un puerto pirata mientras esperabas tu turno para subirte al bote.
Todo el viaje era en la noche, veías a los piratas saquear la ciudad y cantar borrachos por las calles. Entre esas figuras robóticas, estaban casi todos los protagonistas de la saga de Piratas del Caribe, el realismo de sus movimientos era impresionante, parecía que tenías una persona real delante.
Tambien nos subimos al tren minero, es una montaña rusa dentro de una mina, muy divertido, curvas muy cerradas, bajadas muy pronunciadas, de afuera parece tranquilo, media sin gracia, pero después que te bajas del carrito, no pensas lo mismo.
Y por ultimo, la Slpash Mountain, otra montaña rusa muy buena, que se basa en personajes del bosque, como el Oso, el Conejo y el Zorro…podrá parecer infantilota, lo cierto que la caída en una parte del juego, me dejo más blanco que la camiseta de Nacional.
Mientras recorría las calles del Reino Mágico, no me daban los ojos para ver los edificios antiguos, los personajes, las personas, muchas de culturas distantes, todos allí en una misma onda, pasarla bien. Es que todo allí esta hecho para que el visitante se divierta y la pase bien, he de resaltar la buena onda de todos los empleados allí, siempre con una sonrisa, siempre de buen ánimo para ayudarte.

CRONICAS DE ORLANDO II: ARABIAN NIGHTS

26 de julio de 2009


Otro lugar interesante que visitamos fue ARABIAN NIGHTS, muy parecido en la infraestructura de “Medieval Times”, salvo que la cena show gira en torno a una representación árabe, más una exhibición de acrobacia con caballos.

De entrada visitamos la arena donde se desarrollaría a posteriori el espectáculo, nos sacamos fotos con los artistas del show y los caballos que estoicos se bancaron que lo acariciaran miles de manos desconocidas. Luego pasamos a los establos donde estaban los demás caballos del elenco, lo cuales recomendaban no tocar, viste como son los artistas, dos flash, tres aplausos y ya se marean con la fama.

La representación comienza con una chica de una tribu nómada que se le revela que es una princesa que ha permanecido oculta para salvaguardarla de un ser maligno que quiere desposarse con ella. No, no era el barbudo del turbante, aunque quien sabe, tal vez trabaje allí con identidad cambiada gracias aun pacto con el gobierno americano… perdón, ya me puse paranoico con esto de las conspiraciones y contra-conspiraciones, si ya lo sé, tengo que superar la partida del agente F-86 de este mundo. No es fácil.

Bueno siguiendo con la trama, para su protección, la princesa recibirá la ayuda de una simpática genio, que más de uno cuando la vio, le vinieron ganas de frotar la lámpara de esa genio para vaya saber que deseos pedirle…

Todo consistía en las acrobacias bastantes buenas de los jinetes sobre los caballos, había un flaco que hacía cualquier pirueta sobre el caballo, un genio realmente.

La cena era consistía en una ensalada y carne, muy sabrosas por cierto, pero al igual que el otro espectáculo, el menú era muy limitado.

Siguiendo con el espectáculo, el fin era el previsto, el malo vuelve a reclamar la mano de la princesa de pesado y le va peor que a Peñarol en su reclamo ante la AUF por los puntos, “comiendo” con el muchachito bueno que no arrugo por más voz ronca y efectos especiales desplegó.

La otra fase del espectáculo da a lugar con la aparición de un caballo pintado con símbolos indios, o al menos eso me pareció a mí, en donde hablaban del espíritu de la libertad y allí se me pasó una idea, no, no creo que hagan eso, no pueden ser tan sensibleros estos gringos… ¿será?... Y como no podía faltar en todo espectáculo que se considere Yankee, entró un jinete con la bandera americana flameando, ganándose el aplauso de toda la gringada, solo faltó que cantaran el himno.

Aunque tal vez, pensándolo de otro lado, haya sido una forma de aclarar por parte de los actores que son bien Norteamericanos y no árabes, no sea cosa que haya una redada de la CIA y terminen haciendo ese espectáculo en Guantánamo.

Detrás del abanderado, entraron unos cow-boys haciendo gala de sus habilidades de jinetes, con música country de fondo, algunos temas eran de Shania Twain y eso me gusto más.

A la salida, nos topamos con la tienda de recuerdos, donde había muchas figuras de caballos, unicornios, no los cuadros terrajas que venden en las ferias de barrios, remeras, vasitos, etc etc…

En definitiva un lindo espectáculo para disfrutar en familia.