30 de agosto de 2009
Si bien el día amaneció nublado, ya veníamos con viento en la camiseta del día anterior y arrancamos al EPCOT, parque temático dedicado a la ciencia y tecnología.
La enorme esfera que estaba en el centro del parque, contiene en su interior un paseo didáctico muy interesante, para los botijas de la escuela y para tres o cuatro más creciditos, alérgicos a los libros también. Un carrito, como los de las montañas rusas, te lleva por todos los avances importantes de la humanidad, el dominio del fuego, la observación de las estrellas, las matemáticas…ibas en subida….en eso pensé, ahora se viene la edad media y caemos en picada, me aferre al asiento esperando ver a Torquemada haciendo un fueguito, pero por suerte, encontramos a don Alexander Graham Bell, llamando a vaya saber quien, estaba muy entretenido que no le daba bola a nadie. Todos los personajes allí eran figuras robóticas de un realismo muy bueno, salvo un latino que estaba allí, sacándole brillo a los pisos.
Pasamos luego a una especie de invernadero, donde las plantas crecían en medios artificiales, era como si estuvieras en esas películas de ciencia ficción. Te ibas con la idea de que la humanidad iba avanzando a pesar de las macanas que nos mandamos todos días… salí con mi fe más respuesta en la humanidad je.
Luego fuimos a un juego que era todo el proceso de testeo de un auto, mientras esperabas tu turno para subirte, ibas como paseando p
Al subirnos al auto, le pregunte a la gringa que estaba allí si los autos tenían computest al día, no sea cosa que en el medio del recorrido se desprendiera una rueda y terminemos arriba de un carrito de Hot Dogs. La gringa me dijo –“No entender, mister”-
Yo tampoco entiendo como circulan algunos coches por Montevideo en el estado calamitoso que están, quise responderle, pero ya estaba circulando en el coche como a 200 km por hora…
Pasamos por lugares de prueba de la pintura, pruebas de dirección y estabilidad en curvas cerradas, amortiguación, etc…. Me quede con ganas de subirme otra vez, era el único lugar donde podías correr a alta velocidad sin preocuparte de los “Chanchos”.
Seguimos recorriendo este parque para llegar a un simulador de vuelo de una nave espacial, destino a marte.
Allí te subías a un ascensor como los de la película de la NASA y entrabas a l
Una vez adentro, se te asignaban roles, ingeniero de vuelo, piloto, co-piloto, enseguida, quedabas boca arriba, en el monitor veías el cielo y oías el conteo final, en el momento del despegue tembló todo el cubículo, parecías que te ibas para el planeta rojo nomás.
A medidas que ibas en el espacio, de la base te iban diciendo que botón apretar según tu asignación. Parecías que estabas navegando por el espacio, a cada maniobra te ibas moviendo con la nave. Luego volvías a recibir indicaciones para el aterrizaje, las cuales no entendí un pito, toque unos botones y que sea lo que Dios quiera Valor. Igual aterrizamos bien je.
Nos topamos con un jardin maravillo, muy bien cuidado, plantas y flores que no se ve por estas latitudes y un peculiar amigo nos vino a mangear comida, no, no era un "munianio", era un simpatico pato, tal vez, pariente le
Recorrimos otros juegos como el de Nemo cuyos efectos especiales y figuras 3 D eran espectaculares, en el cual también había un acuario donde pude apreciar peces que solo veía en documentales, esta vez, solo una pantalla de vidrio me separaba, menos mal porque el tiburon que andaba por ahi, me miraba como relamiendose