10 de agosto de 2007
A lo largo de mi vida he cultivado uno o varios hobbies, algunos con mas intensidad que otros, según mis tiempos, posibilidades y gustos. Tener un hobby insume tiempo y costos, el desafío está en el grado de perseverancia que hay que tener con estos pasatiempos. Por eso, hay hobbies que son para toda la vida o para una etapa en particular.
Unos dirán que es una perdida de tiempo, otros una evasión y hay quienes pensamos que es una actividad que nos permite expresarnos, cultivarnos y relacionarnos de una manera muy saludable.
He coleccionado revistas, como “Conan el bárbaro”, “Estrellas Deportivas”, juguetes que sobrevivieron a mi niñez, maquetas de fuscas, discos de pasta de Credence, Deep Purple, América; CD de Enya, Lorena Mc Kennitt, hasta una colección de tangos...pero hay una colección que jamás he abandonado y a la cual debería prestarle mayor atención, la NUMISMÁTICA.
Si, soy coleccionista de monedas, desde los ocho años, todo empezó un día cuando por iniciativa propia junté todas las monedas viejas de mi casa y las puse en una caja de madera, era mi tesoro decía, la guardaba debajo de la cama, como si nadie lo supiera.
Quizás todo hubiera terminado allí, en un juego de niños sino fuera que un día me llevaron a la feria de Tristán Narvaja. Ahi, vi asombrado como algunos puesteros tenían monedas como las mías, ordenadas, clasificadas por países. Asi aprendí a clasificarlas y ordenarlas. Ese día, mi madre compró unas monedas peruanas para hacerse una pulsera y para mí unas monedas griegas, una, en su cara había una lechuza y en la otra un ave fénix, estaba feliz, eran mis primeras monedas extranjeras.
Con el tiempo las monedas peruanas también pasaron a mi propiedad ante la mi perseverante insistencia. Para ese entonces era mi “caja cambiara”, porque ya no era mi “tesoro”, jugaba a que tenía un “cambio” o un mini banco. Si, las historietas de Mc Pato me pegaron mal y pensar que no me dejaban leer al Monje Loco porque creían que podría producirme pesadillas.
Después de un tiempo, en la familia todos sabían que coleccionaba monedas, por eso, mi abuela cada vez que viajaba a Buenos Aires, así como mis tíos venían de visita del vecino país, me regalaban monedas. A partir de entonces mi colección de monedas argentinas quedaron ligadas para siempre a mi abuela y a mis tíos “porteños”. Cuando mi primo Miguel se recibió de alférez de la armada, en su viaje de graduación visitó distintos países y a su regreso, me entregó monedas de los países donde estuvo: Alemania, Austria, Francia, España, Panamá, entre otros que atesoro desde entonces.
En el Maturana conocí a otros colegas con quienes aprendimos el arte del trueque y la negociación, por eso, al mirar las monedas finlandesas recuerdo con cariño al “galleguito” Conde, un gran compañero de clase. ¡Y pensar que los curas creían que este gordito era mas bueno que lassie atado!
Y conjuntamente con mi pasión por estas “chapitas o brillos”, creció mi gusto por la Feria de Tristan Narvaja a la que supe frecuentar domingo a domingo como si fuera un precepto religioso... y mira que sé de lo que te hablo cuando digo esto, pecador.
Cuando toco una moneda de mi colección, me habla, me recuerda hechos de mi vida, como aquella moneda de plata de mil pesos. Aun vivíamos en Jacinto Vera, cuando la conseguimos. Una almacenera amiga de Mamá se la reservó especialmente para ella. Se la dio sigilosamente, sin despertar sospechas, yo fui complice de aquella secreta transacción. Tal vez allí aprendi que a veces conviene ser discreto en los negocios, je.
Al mirar algunas monedas de los países medio oriente, como billetes de Iran tambien, o las monedas emitidas por España al disputarse el mundial de 1982, siento un especial agradecimiento hacia Mariela y su familia que enriquecieron mi colección.desinteresadamente.
Parecería que, con cada moneda que ingresa a mi colección entra también la situación y/o la persona que me la entrego, así cuando vea mis monedas lituanas aparecerán la imagen de mis amigos Mario y Samy.
Mi colección no tiene monedas costosas (aunque me gustaría), pero cada una de ella tiene una historia que contar, no solo de su país o en la situación en que fueron emitidas, sino que mágicamente están asociadas a mi historia personal, sobretodo a ese niño que fui, por eso, mis monedas son mi valioso tesoro en definitiva.
Aun sueño con tener aunque sea una moneda de cada país del mundo y completar la colección de Uruguay, las que me faltan justamente son las mas caras pero no renuncio con cumplir con tales objetivos, los mismos que me fijé allá en un domingo de 1974 en la popular Feria de Tristán Narvaja.
Cuanta razón tiene el flaco Baglietto cuando canta “mi vida es una moneda.. .”
Unos dirán que es una perdida de tiempo, otros una evasión y hay quienes pensamos que es una actividad que nos permite expresarnos, cultivarnos y relacionarnos de una manera muy saludable.
He coleccionado revistas, como “Conan el bárbaro”, “Estrellas Deportivas”, juguetes que sobrevivieron a mi niñez, maquetas de fuscas, discos de pasta de Credence, Deep Purple, América; CD de Enya, Lorena Mc Kennitt, hasta una colección de tangos...pero hay una colección que jamás he abandonado y a la cual debería prestarle mayor atención, la NUMISMÁTICA.
Si, soy coleccionista de monedas, desde los ocho años, todo empezó un día cuando por iniciativa propia junté todas las monedas viejas de mi casa y las puse en una caja de madera, era mi tesoro decía, la guardaba debajo de la cama, como si nadie lo supiera.
Quizás todo hubiera terminado allí, en un juego de niños sino fuera que un día me llevaron a la feria de Tristán Narvaja. Ahi, vi asombrado como algunos puesteros tenían monedas como las mías, ordenadas, clasificadas por países. Asi aprendí a clasificarlas y ordenarlas. Ese día, mi madre compró unas monedas peruanas para hacerse una pulsera y para mí unas monedas griegas, una, en su cara había una lechuza y en la otra un ave fénix, estaba feliz, eran mis primeras monedas extranjeras.
Con el tiempo las monedas peruanas también pasaron a mi propiedad ante la mi perseverante insistencia. Para ese entonces era mi “caja cambiara”, porque ya no era mi “tesoro”, jugaba a que tenía un “cambio” o un mini banco. Si, las historietas de Mc Pato me pegaron mal y pensar que no me dejaban leer al Monje Loco porque creían que podría producirme pesadillas.
Después de un tiempo, en la familia todos sabían que coleccionaba monedas, por eso, mi abuela cada vez que viajaba a Buenos Aires, así como mis tíos venían de visita del vecino país, me regalaban monedas. A partir de entonces mi colección de monedas argentinas quedaron ligadas para siempre a mi abuela y a mis tíos “porteños”. Cuando mi primo Miguel se recibió de alférez de la armada, en su viaje de graduación visitó distintos países y a su regreso, me entregó monedas de los países donde estuvo: Alemania, Austria, Francia, España, Panamá, entre otros que atesoro desde entonces.
En el Maturana conocí a otros colegas con quienes aprendimos el arte del trueque y la negociación, por eso, al mirar las monedas finlandesas recuerdo con cariño al “galleguito” Conde, un gran compañero de clase. ¡Y pensar que los curas creían que este gordito era mas bueno que lassie atado!
Y conjuntamente con mi pasión por estas “chapitas o brillos”, creció mi gusto por la Feria de Tristan Narvaja a la que supe frecuentar domingo a domingo como si fuera un precepto religioso... y mira que sé de lo que te hablo cuando digo esto, pecador.
Cuando toco una moneda de mi colección, me habla, me recuerda hechos de mi vida, como aquella moneda de plata de mil pesos. Aun vivíamos en Jacinto Vera, cuando la conseguimos. Una almacenera amiga de Mamá se la reservó especialmente para ella. Se la dio sigilosamente, sin despertar sospechas, yo fui complice de aquella secreta transacción. Tal vez allí aprendi que a veces conviene ser discreto en los negocios, je.
Al mirar algunas monedas de los países medio oriente, como billetes de Iran tambien, o las monedas emitidas por España al disputarse el mundial de 1982, siento un especial agradecimiento hacia Mariela y su familia que enriquecieron mi colección.desinteresadamente.
Parecería que, con cada moneda que ingresa a mi colección entra también la situación y/o la persona que me la entrego, así cuando vea mis monedas lituanas aparecerán la imagen de mis amigos Mario y Samy.
Mi colección no tiene monedas costosas (aunque me gustaría), pero cada una de ella tiene una historia que contar, no solo de su país o en la situación en que fueron emitidas, sino que mágicamente están asociadas a mi historia personal, sobretodo a ese niño que fui, por eso, mis monedas son mi valioso tesoro en definitiva.
Aun sueño con tener aunque sea una moneda de cada país del mundo y completar la colección de Uruguay, las que me faltan justamente son las mas caras pero no renuncio con cumplir con tales objetivos, los mismos que me fijé allá en un domingo de 1974 en la popular Feria de Tristán Narvaja.
Cuanta razón tiene el flaco Baglietto cuando canta “mi vida es una moneda.. .”
3 comentarios:
Definitivamente tenes que hablar mas cuando salimos!!! ni idea teniamos de que coleccionabas monedas ...que casualidad Hernan tambien ...asi que nos pondremos a separar alguna para agrandar tu coleccion ...esperemos que no sean igual a las de tu amorcito...ya que gastamos juntas muchas de esas mismas monedas...jejeje....
Esa risa tímida, con vergüenza, es la me salió al leer que Samy y yo estábamos guardados para siempre en esa colección. Una colección que deseo agrandes cada vez más. Siempre estaremos dispuestos a colaborar, por supu. Como con esas monedas de Slovakia o de Dubai que te pasamos; ojalá podamos conseguir de otros lares.
De otras colecciones, si. Mi recuerdo de esa de Estrellas Deportivas, de El Diario, que se me perdió en el tiempo. LPs tengo todavía, auqnue no tengo donde escucharlos, jaja.
Y bueh, mi hobby del cine y el comic, hace que tenga carpetas y cajas llenas con revistas, colecciones completas. También la prensa. Tengo diarios o revistas de distintos lados; cuando Samy viaja me trae alguno, o cuando alguien viaja le pido. Tengo diarios que ya no existen y algunos pocos supieron que alguna vez se editó aqui.
ARRIBA Fer, muy buena colección, tanto la de monedas, como la otra, la de billetes, que no se si dedicarás un espacio también.
Arriba Fer y gracias por esa estimacion en verdad!!! que lindo todo esos recuerdos que tienes y bueno adelante con esa coleccion y la de billetes. admiro eso en ti, yo no colecciono sino deudas je! Besos
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