7 de octubre de 2010
De entrada me tope con el puesto de las “carisimas” hermanas Paulinas, con sus clásicas tarjetitas que a más de uno sacó de un apuro. Lo que me llamo la atención fue un libro sobre Monseñor Jacinto Vera, un obispo con la sotana bien puesta.
Seguí mi peregrinaje a ritmo lento, sin apuro entre los stands de diferentes editoriales y debo confesar que había buenos títulos, sobretodo algunos de psicología. Estaban algunos libros de la extinta editorial Roca Viva que tanto me ayudaron aclarar ideas sobre algunas temáticas abordadas en facultad.
El puesto del centro de publicaciones de la UDELAR me decepcionó pensaba encontrar mas títulos pero no, solo unos pocos, como para cumplir.
Sobre un costado estaba el puesto de libros de Irán, la literatura de tinte religioso, allí estaba el Corán como recordándome una cita de lectura pendiente, pero indiferente seguí de largo, es que no me puedo olvidar de Sakineh Mohammadi Hastían y de otras tantas mujeres reducidas a objetos, una muestra de lo brutal que puede ser una ideología fundamentalista, sea del signo que sea.
Casualmente, en el otro extremo estaba el stand de Israel, casi todo en hebreo salvo unos pocos títulos en español, en fin, atractivo si sos de la “colectividad” supongo.
Los libros de los barrios, junto con unos libros inmensos de fotos de Montevideo atraparon mi interés por un momento, los hojee un rato y seguí mi camino.
Había puestos para los más pequeños, una madre a mi lado rezongaba con su hija porque había tomado un libro sin su consentimiento y no lo quería largar, enojada la nena fue a mostrárselo a su padre en un último intento de quedárselo para sí. ¿Quién no hizo lo mismo a sus padres?
Algunas gangas encontrabas revisando la mesa de ofertas de varios puestos, como librería Pocho y Del Virrey entre otras que mi mente no retuvo.
Me quede con ganas de comprarme “El Pofeta Imperfecto” de Fernando Butazzoni, pero no faltará oportunidad de adquirirlo más adelante.
Personalmente, esta feria del libro estuvo mejor que la anterior, pero no me sorprendió, me pareció “más de lo mismo” y faltaron editoriales importantes según mis gustos.
No sé, será el olor a torta fritas, o la posibilidad de regatear el precio, me sigo quedando con mi vieja y querida Feria de Tristán Narvaja.
2 comentarios:
Es cierto, Ferchu: estuvo un poco mejor que la del año pasado, pero no alcanza para entusiasmar.
Menos mal que en las mesas de Pocho encontré algo bueno!!!!
(Concuerdo contigo: arriba Tristán Narvaja)
Fuimos el sábado y si, me gustó bastante más que el año pasado. Sin descollar como antes, pero mejor en su oferta.
El stand de distribuidora America Latina fue mi acabose. Bueno, casi, no me gasté todo, me contuve. Para alguien que le gusta el cine, el arte (libros sobre pintura geniales), la publicidad, bueno, estaba genial.
De los nuevos, le tengo ganas a Martín Aquino, uno de los ganadores recientes. Pero ta, Susana, nuestra librera de cabecera, siempre lo tiene a mejor precio, jaja
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