24 de enero de 2007
Volvía con Mariela y su familia por la Avenida Gianatassio, cuando a la altura de Solymar aproximadamente, un cartel nos advertía que en ese lugar, se congregaban los "Defensores de la Fe Cristiana".
Ese cartel de letras grandes a prueba de miopes, me provocó una sensación incomoda, alteró la tranquilidad de mi mente, como cuando alguien agita el agua de un estanque. Todo giraba en mi interior, las ideas bizarras se cruzaban con pensamientos teológicos en una danza de conceptos y asociaciones. El primer vínculo, bizarro totalmente, apuntó hacia el lado deportivo, porque dicho nombre va mejor con un club de barrio, que con una iglesia. Fue así que, recordé el estadio "Defensores del Chaco" de Paraguay, donde le es difícil a los equipos extranjeros ganarle a los locales, y al "Defensores de Maroñas" un club que organizaba tablados en carnaval.
Si aplicase la técnica de libre asociación del psicoanálisis, diría que la idea que tengo de las iglesias evangélicas no es muy buena y es verdad. Porque por un lado, con tal de no perder tu alma, acabas regalándola a estos mercaderes de la fe, al bajo precio de la necesidad. Y por otro lado, terminas participando en un teatro de marionetas, pero nos sos vos quien mueve los hilos, muñeco.
Yo que vos, me quedo con el carnaval profano, la entrada es más barata y te divertís a lo grande.
Retomando el tema, sin darme cuenta, seguí divagando en ese loco desfile de conceptos y pensamientos, formando todo tipo de combinaciones, como el "Club Social y Deportivo Defensores de la Fe Cristiana", no sé si ganarían algún campeonato, pero seguro que, con ese nombre nadie los olvidaría fácilmente.
O que tal si fuera una especie de defensoría, donde los feligreses puedan denunciar situaciones tales como la de algún hereje que hizo pis contra la pared de la iglesia, o algún incrédulo que se negó a dejar de serlo. Se presentaría el pastor con dos o tres robustos ayudantes ante el agresor para traerlo al camino del Señor, aunque al infiel en cuestión haya que sacarle el demonio a piña limpia. Más vale entrar al reino del Señor con muletas que irse al infierno sano, entiendes pecador.
De pronto, me encontré preguntando “¿Desde cuando la fe cristiana necesitaba defensores?” La última vez que se algunos se auto proclamaron sus defensores, varios terminaron incinerados y no era porque olvidaron ponerse crema protectora, y ni le cantaron “pan quemado”.
Tal vez, el error haya sido que no se llamo a concurso, dando así, lugar a todo tipo de acomodos. Tenias un hijo descerebrado, inútil sin o con referencias, no importa, metelo en la inquisición, mira la carrera que hizo Torquemada con mucho seso y poca idea.
Cada vez que los defensores de la fe cristiana actuaron, grandes desastres ocurrieron, como las cruzadas, la matanza de los cataros y la perdida de la rica historia de varios pueblos de Latinoamérica.
Y a la luz de estos testimonios, me di cuenta que la Fe Cristiana necesita ser salvada... si, hay que rescatarla de los curas pederastas, de los pastores estafadores que en nombre de Dios despluman a los incautos, de las interpretaciones obtusas y conclusiones absurdas que se hacen a partir de la Biblia, de las conductas farisaicas de algunos religiosos, entre otros asuntos escandalosos que nos decepcionan cada día más.
Hace más de 2000 años Jesús nos salvo, ahora es tiempo de salvarlo a Él, de la gente piadosa que aun lo tienen crucificado en una eterna agonía.
Ese cartel de letras grandes a prueba de miopes, me provocó una sensación incomoda, alteró la tranquilidad de mi mente, como cuando alguien agita el agua de un estanque. Todo giraba en mi interior, las ideas bizarras se cruzaban con pensamientos teológicos en una danza de conceptos y asociaciones. El primer vínculo, bizarro totalmente, apuntó hacia el lado deportivo, porque dicho nombre va mejor con un club de barrio, que con una iglesia. Fue así que, recordé el estadio "Defensores del Chaco" de Paraguay, donde le es difícil a los equipos extranjeros ganarle a los locales, y al "Defensores de Maroñas" un club que organizaba tablados en carnaval.
Si aplicase la técnica de libre asociación del psicoanálisis, diría que la idea que tengo de las iglesias evangélicas no es muy buena y es verdad. Porque por un lado, con tal de no perder tu alma, acabas regalándola a estos mercaderes de la fe, al bajo precio de la necesidad. Y por otro lado, terminas participando en un teatro de marionetas, pero nos sos vos quien mueve los hilos, muñeco.
Yo que vos, me quedo con el carnaval profano, la entrada es más barata y te divertís a lo grande.
Retomando el tema, sin darme cuenta, seguí divagando en ese loco desfile de conceptos y pensamientos, formando todo tipo de combinaciones, como el "Club Social y Deportivo Defensores de la Fe Cristiana", no sé si ganarían algún campeonato, pero seguro que, con ese nombre nadie los olvidaría fácilmente.
O que tal si fuera una especie de defensoría, donde los feligreses puedan denunciar situaciones tales como la de algún hereje que hizo pis contra la pared de la iglesia, o algún incrédulo que se negó a dejar de serlo. Se presentaría el pastor con dos o tres robustos ayudantes ante el agresor para traerlo al camino del Señor, aunque al infiel en cuestión haya que sacarle el demonio a piña limpia. Más vale entrar al reino del Señor con muletas que irse al infierno sano, entiendes pecador.
De pronto, me encontré preguntando “¿Desde cuando la fe cristiana necesitaba defensores?” La última vez que se algunos se auto proclamaron sus defensores, varios terminaron incinerados y no era porque olvidaron ponerse crema protectora, y ni le cantaron “pan quemado”.
Tal vez, el error haya sido que no se llamo a concurso, dando así, lugar a todo tipo de acomodos. Tenias un hijo descerebrado, inútil sin o con referencias, no importa, metelo en la inquisición, mira la carrera que hizo Torquemada con mucho seso y poca idea.
Cada vez que los defensores de la fe cristiana actuaron, grandes desastres ocurrieron, como las cruzadas, la matanza de los cataros y la perdida de la rica historia de varios pueblos de Latinoamérica.
Y a la luz de estos testimonios, me di cuenta que la Fe Cristiana necesita ser salvada... si, hay que rescatarla de los curas pederastas, de los pastores estafadores que en nombre de Dios despluman a los incautos, de las interpretaciones obtusas y conclusiones absurdas que se hacen a partir de la Biblia, de las conductas farisaicas de algunos religiosos, entre otros asuntos escandalosos que nos decepcionan cada día más.
Hace más de 2000 años Jesús nos salvo, ahora es tiempo de salvarlo a Él, de la gente piadosa que aun lo tienen crucificado en una eterna agonía.
2 comentarios:
Son muchas las religiones o pseudo religiones que pululan por aquí. La gente que se acerca a ellas, o que las acercan, en su mayoría son gente de bajos recursos económicos e intelectuales (OJO, no estoy queriendo ofender a nadie, solo que a falta de pan, el intelecto también falla). De eso se aprovechan los supuestamente más intelectuales y enviados de Dios a formar estas iglesias. La gente común, esa que se acerca, lo hace de muy buena Fe, a ellos habría que salvaguardar, que proteger.
Estoy de acuerdo con Fer, esa gente humilde es la que representa a Jesús, por eso debemos proteger a Jesún; proteger a esta gente es proteger al "flaco".
Pululan y el problema es el fanatismo con el que pueda entrar la gente o la conviertan... Ahi esta el problema.
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