2 de junio de 2009
La vida da revancha me dijo alguien una vez y jamas imaginaría que fuera de esta manera, dandome el privilegio de conocer lugares que solo conocía por fotos. Y en compañia de Marie, la suegra y la cuñada, que hicieron de este viaje una experiencia inolvidable para mí.
Todo era una novedad que iba descubriendo paso a paso, como aceras limpias, calles planas como un billar, tránsito ordenado, edificios altos y majestuosos, el agua azul esmeralda, automóviles que solo veía en fotos, ropa en todos los talles a precios razonables y de buena calidad. Juegos de entretenimiento cuya tecnología te dejaba con la boca abierta y una vez mas te hacia sentir niño.
¿Por donde empezar? ¡Hay tantas cosas que compartir! Bueno empezaré por la llegada.
Mi mayor momento de preocupación fue cuando tuvimos que hacer los trámites de inmigración, tenía temor que se me complicará el ingreso, es que tantas historias uno escucha por ahí que a muchos los rebotaron y la pasaron tan mal…pero no, el oficial nos hizo unas preguntas de rutina y nos sello el pasaporte, habíamos ingresado a los Estados Unidos de América.
A la salida del aeropuerto, tomamos un bus que nos dejo en la puerta de la alquiladora, debido a lo grande que es esta terminal de aviones, un servicio práctico que evita congestiones de tránsito y personas.
Podías alquilar cualquier tipo de autos, desde una camioneta familiar como la que alquilamos nosotros, hasta una coupe deportiva, claro los precios eran distintos también.
Las calles eran un billar, tanto las principales avenidas, como la calle más humilde que transitamos. Las señales de tránsito limpias de graffitis y/o propaganda política, nos fueron guiando hasta el hotel, aunque después nos auxiliamos de un gps durante todo el resto de la estadía que nos hizo más fácil nuestros recorridos. También aprovecho para reconocer una vez más, las cualidades al volante de Vero, una genia al volante la cuñada, ta para la formula 1.
El tránsito es muy ordenado, me dieron ganas de conducir, se respetan las señalizaciones, aunque también hay accidentes.
Las aceras están todas prolijas, sin bolsas, ni papeles tirados…ni caca de perro (la gente sale a pasear a sus mascotas con bolsas, sino te multan), el césped corto, cuidado, como si recién lo hubieran cortado. Las casas son en su mayoria de madera, tal cual se ven en las películas, todas cuentan con aire acondicionado y en todas podes ver coches y camionetas modernas estacionadas en la entradas a los garages.
Las edificaciones altas, tanto o mas alta que la Torre de las Comunicaciones de Antel, todas distintas unas de las otras, ni hablar del exquisito del Art Deco en que se inspiran, lo que hace de Miami, una ciudad hermosa.
Todo era una novedad que iba descubriendo paso a paso, como aceras limpias, calles planas como un billar, tránsito ordenado, edificios altos y majestuosos, el agua azul esmeralda, automóviles que solo veía en fotos, ropa en todos los talles a precios razonables y de buena calidad. Juegos de entretenimiento cuya tecnología te dejaba con la boca abierta y una vez mas te hacia sentir niño.
¿Por donde empezar? ¡Hay tantas cosas que compartir! Bueno empezaré por la llegada.
Mi mayor momento de preocupación fue cuando tuvimos que hacer los trámites de inmigración, tenía temor que se me complicará el ingreso, es que tantas historias uno escucha por ahí que a muchos los rebotaron y la pasaron tan mal…pero no, el oficial nos hizo unas preguntas de rutina y nos sello el pasaporte, habíamos ingresado a los Estados Unidos de América.
A la salida del aeropuerto, tomamos un bus que nos dejo en la puerta de la alquiladora, debido a lo grande que es esta terminal de aviones, un servicio práctico que evita congestiones de tránsito y personas.
Podías alquilar cualquier tipo de autos, desde una camioneta familiar como la que alquilamos nosotros, hasta una coupe deportiva, claro los precios eran distintos también.
Las calles eran un billar, tanto las principales avenidas, como la calle más humilde que transitamos. Las señales de tránsito limpias de graffitis y/o propaganda política, nos fueron guiando hasta el hotel, aunque después nos auxiliamos de un gps durante todo el resto de la estadía que nos hizo más fácil nuestros recorridos. También aprovecho para reconocer una vez más, las cualidades al volante de Vero, una genia al volante la cuñada, ta para la formula 1.
El tránsito es muy ordenado, me dieron ganas de conducir, se respetan las señalizaciones, aunque también hay accidentes.
Las aceras están todas prolijas, sin bolsas, ni papeles tirados…ni caca de perro (la gente sale a pasear a sus mascotas con bolsas, sino te multan), el césped corto, cuidado, como si recién lo hubieran cortado. Las casas son en su mayoria de madera, tal cual se ven en las películas, todas cuentan con aire acondicionado y en todas podes ver coches y camionetas modernas estacionadas en la entradas a los garages.
Las edificaciones altas, tanto o mas alta que la Torre de las Comunicaciones de Antel, todas distintas unas de las otras, ni hablar del exquisito del Art Deco en que se inspiran, lo que hace de Miami, una ciudad hermosa.
3 comentarios:
Primero que nada, reiterarte lo que te he dicho aparte, me congratulo y me he alegrado muchísimo de que hayas vivido esto. te lo mereces.
Arranco por decir que también sentiría eso, si me tocara ir a un lugar así; el sueño del botija.
Sobre el resto, si. Cuando estuvo Samy (si bien fueron 5 días y del hotel a la oficina), me mostró fotos y videos de esto, de cómo son las calles y edificios.
Nunca se puede comprara eso con cualquier ciudad de latinoamérica, imposible. Si bien en Miami está lleno de "latinos", allá cuidan lo que acá no.
Son esas cosas que uno se pregunta, ¿por qué no cuidan acá, por qué no hacen acá lo que después hacen en esos lares?
Ta, em pasé.
Seguí con las crónicas.
YYY??!!!!!!
la pucha, me acomode para leer y la dejaste cortita!!!
igual que Mario, estaria chochaaaa en tu lugar, e idem. lo de la city.
buenooooooo... apronta el lapìz de nuevo!!! mejor dicho el teclado...
Paaaa Que zarpe che!!! Me alegro que la pasaran tan bien!!
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