8 de setiembre de 2009
Siempre decía en broma que me iba de licencia a un crucero por el caribe, por no decir que me quedaba acá nomás, haciendo “azotea beach”. Un viaje así nunca se me cruzó por la cabeza, ni en mi más loca fantasía creí que algún día recorrería aquellas azules aguas que solo veía en los programas de la televisión. Pero se nos dio a Marie y a mi, por eso nunca digas nunca, todo es posible.
Una vez pasado todos los trámites de embarque, nos subimos al crucero “Imagination” de la empresa Carnival. Ya de entrada, en la barra de recepción había un gringo rodeado de sus amigotes, eufóricos y a los gritos pelados, chupando alcohol como sabañones, pero se notaban que estaban tan emocionados como nosotros de estar allí.
Nosotros, estábamos mas perdidos que la clasificación de Uruguay al mundial, no encontrábamos ni los camarotes y ni el lugar donde nos tocaba cenar, resultado, recorrimos todo el barco, conocimos al personal del buque, muchos filipinos, indonesios, europeos del este, ninguno que hablara español. Allá a las cansadas, cuando ya nos preparábamos para dormir a lo linyera en algún rinconcito de los pasillos, apareció un camarero que hablaba español y nos indicó adonde debíamos dirigirnos…estábamos a pasos de nuestro camarote.
Todas las noches el camarero asignado a nuestro cuarto nos dejaba figuritas de toallas y dos bombones, una atención que te hacía sentir como en casa.
Ya una vez ubicados en el barco, salimos a disfrutar de la cubierta, donde nos tomamos un cóctel de bienvenida, al pie de la piscina… ¡que fashion, valor!
El barco ese día se movía como ómnibus en calle empedrada, pero eso no impidió que cenáramos como si fuera la última vez. En una de las cenas, conversamos con el mozo que resulto ser panameño. Igual que Dely Valdez le respondí, la cara del mozo se ilumino y juntos recordamos los goles del Pana-gol, desde ese momento la atención fue preferencial para nosotros je.
A la vuelta Marie se sintió mareada y me pidió que le consiguiera unas pastillas anti-mareo. Tuve que apelar a todo mi ingenio para llevar a cabo esa misión, apenas sabía ubicarme en el barco, mi ingles es pésimamente malo, tenía todo en contra pero igual salimos a la cancha, todo sea por el ser amado, carajo.
De memoria, llegue a la sala central del crucero, allí encaré a una recepcionista y le dije en cámara lenta: “Ne-ce-si-to pas-ti-llas pa-ra el ma-reoo”
La rubia me respondió con acento gringo: “No entender”
Entonces con mímicas, le hice gestos de tomar una pastilla y de estar mareado.
La chica sonrió y con un “Ok”, me entrego un blister de pastillas antimareo. Después de todo me sirvió para algo jugar a “dígalo con mímicas”.
Al otro día, nos levantamos y a cubierta, piscina y sol hasta que la piel se me arrugó je. Con Marie notamos que había distintos grupos, estaban los que iban con sus familias, los recién casados, las barritas de amigos y amigas y por último, los solos y las solas. Cada grupito en la suya sin molestar al otro, pasarla bien era la consigna en general. Me sorprendió la cantidad de alcohol que tomaban los gringos en general: Vodka, Cerveza, Whisky, alcohol de primus….todo servía.
El almuerzo era tipo tenedor libre, mucha variedad que aprovechamos a degustar y disfrutar del momento. Pero todo no podía ser felicidad, en la mesa de al lado, donde estaba una familia, aprovechando que esta no estaba, una gaviota se poso en la mesa y se lastro todas las papa fritas con total impunidad. Algo curioso que note de este plumífero rastrillo, fue la disposición de sus plumas, me hizo acordar a la campera alfa polar…
Asistimos a un espectáculo musical en la noche muy bueno, “Living in American” creo que así se llamaba. Las voces espectaculares, como así la coreografía desplegada, que me venís con los musicales de Tinelli, por favor.
El crucero tenía una sala de juegos impresionante, desde black jack, ruleta, póquer, maquinitas, payana, hasta roba montón, en fin, el juego que quisieras, daban ganas de probar suerte y eso que más del cinco de oro no paso.
De noche paseamos por la cubierta, disfrutando del hermoso cielo estrellado, a pesar que anduvimos por el triangulo de las bermudas, no paso nada extraño, ni siquiera una luz mala, solo unos gringos mamados hasta las patas, cantando desafinadamente. Dejate de embromar casi presento una queja, pero me dijeron el costo de nuestros pasajes no incluian fenomenos extraños, esos tenian otra tarifa y bueh, tuve que conformarme con el baile de los mozos, como lo unico extraño
La llegada al puerto de Nassau, Bahamas fue espectacular, el agua color jade, el color de la arena, algo que quedo grabado en mi mente, era todo paradisíaco.
Debo reconocer que trabajar en un crucero, será muy lindo, ganaras muy bien, pero debe ser muy difícil laburar en donde todos se divierten, yo no aguantaría.
En el post que viene les cuento nuestra visita a Bahamas…
4 comentarios:
Jajajajajaja, lo contás y pienso que no fui contigo, que lo estoy viviendo de nuevo jajajajajajajajajajajaja, me estoy riendo solo de imaginarte pidiendo las pastillas juaaaaaaaaaa
La verdad fueron solo 3 días pero maravillosos!!!
Fernando....... que te quiten lo bailao !!!!
Este tipo de cosas es lo unico que se lleva de esta vida... las experiencias y los buenos momentos.
Me alegro por Uds. que lo vivieron y nos lo pueden contar !!!!
Maravilloso .. Que linda experiencia que .. como decis, nunca digas nunca.
Eso de las toallas, genial
Ferchu:
Veo que disfrutaron en pila, tu relato es más que claro.
Me hiciste reir con tu búsqueda de las pastillas contra el mareo, jajajaja.
Y te pasaste con eso de que tu tarifa no incluía fenómenos extraños (para mí que los alienigenas vieron a los gringos mamados hasta las patas, y se fueron corriendo, jajajjaja).
Me encantan estos posts, son como viajar sin moverse de casa.
Un abrazo.
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